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Un compromiso para proteger a los antílopes tibetanos

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antilopes.jpgDos reservas de la provincia noroccidental de Qinghai (noroeste), una de la región autónoma del Tíbet (suroeste) y otra de la región autónoma uygur de Xinjiang (noroeste), llevarán a cabo patrullas conjuntas en los hábitats de los antílopes para protegerlos de la caza furtiva.

«También llevaremos a cabo investigaciones conjuntas e intercambios de personal para compartir nuestras experiencias en la protección de los antílopes», informó Tseten Druk, director de la Administración de la Reserva Nacional Hoh Xil de Qinghai.

Tseten hizo estas declaraciones durante un seminario con expertos de las cuatro reservas celebrado el martes en Xining, capital de Qinghai.

Las cuatro reservas están situadas a una altitud media de más de 4.000 metros, lo que las convierte en un hábitat ideal para los antílopes tibetanos y otras especies como los yaks salvajes y los asnos salvajes tibetanos.

La colaboración entre las reservas tiene el objetivo de crear un entorno más seguro para los antílopes tibetanos durante su migración estacional, explicó Tseten.

«En el pasado ya hicimos algunos intercambios, pero debemos intensificar la cooperación y unirnos para tener más fuerza», afirmó Wu Haipeng, funcionario de silvicultura de la prefectura de Ngari del Tíbet.

Todas las reservas naturales de China se enfrentan a la falta de fondos, instalaciones y personal. En Hoh Xil, sólo 19 agentes forestales vigilan una superficie de 45.000 kilómetros cuadrados. Cada uno de ellos tarda al menos una semana en completar una patrulla.

«Sólo tenemos algunos Jeeps viejos fabricados en Beijing y cuando uno de ellos se avería, es complicado encontrar a alguien que nos ayude a repararlo porque la reserva no está cubierta por ninguna red de telefonía móvil», explicó Tseten.

Los antílopes tibetanos viven principalmente en Tíbet, Qinghai y la parte occidental de Xinjiang.

Cada mes de junio, las hembras embarazadas migran junto a las crías de la manada a la región de Hoh Xil, en el oeste de Qinghai, y al noreste del Tíbet para dar a luz. Durante esta migración, que concluye en septiembre, los animales viven en esta región de unos 530.000 kilómetros cuadrados de superficie.

La amenaza de la caza furtiva

En el pasado, la población de antílopes en la meseta Qinghai-Tíbet se contaba por millones, pero la caza excesiva y la invasión de su hábitat por parte del hombre han provocado una caída en picado del número de ejemplares en las últimas décadas.

Los cazadores furtivos matan a los antílopes por sus pieles, que puede utilizarse para fabricar chales «Shahtoosh», una prenda de lujo hecha de entre tres y cuatro pieles de antílope.

Desde 1979, el antílope tibetano ha sido reconocido como una especie en peligro de extinción protegida por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas.

En 1999, las autoridades de conservación de China lanzaron una campaña para luchar contra la caza ilegal de estos animales en Hoh Xil, una reserva que incluye la mayor extensión de tierra inhabitada de China.

La región se hizo famosa tras el estreno de la película «La patrulla de la montaña Kekexili», dirigida por Lu Chuan.

Esta cinta galardonada, basada en hechos reales, cuenta la historia de un periodista que se unió a una patrulla de voluntarios tibetanos encargada de perseguir a los cazadores ilegales de antílopes en Hoh Xil, «Kekexili» en chino mandarín.


Fuente: Xinhua




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