Inicio Post del día ¿Por qué meditar? – Bokar Rinpoche

¿Por qué meditar? – Bokar Rinpoche

67
0

meditando.gif

Los seres humanos están afligidos por sufrimientos, angustias y numerosos miedos que son incapaces de evitar. La meditación tiene como fin eliminar estas angustias y sufrimientos.

Generalmente pensamos que la felicidad y el sufrimiento vienen de las circunstancias externas. Estamos continuamente ocupados, de una forma o de otra, en arreglar el mundo. Tratamos de quitar un poco de sufrimiento por aquí, de obtener un poco de felicidad por allí, sin conseguir nunca el resultado que esperábamos.

El punto de vista buddhista, que es también el punto de vista de la meditación, considera por el contrario que tanto la felicidad como el sufrimiento no dependen fundamentalmente de las circunstancias externas, sino de la propia mente. Una actitud positiva da lugar a la felicidad, una actitud negativa produce sufrimiento.

¿Cómo comprendemos esta confusión que nos hace buscar fuera lo que no podemos encontrar más que dentro? Una persona que tiene la cara limpia y aseada, cuando se mira al espejo ve una cara limpia y aseada. Una persona que tenga la cara sucia y manchada de barro, verá en el espejo una cara sucia y manchada. El reflejo no tiene, en realidad, ninguna existencia; lo único que existe es la cara de la persona. Pero olvidándonos de la cara, tomamos su reflejo como real. La naturaleza positiva o negativa de nuestra mente se refleja en las apariencias exteriores que nos devuelven nuestra propia imagen. La manifestación que se presenta en el exterior no es más que una respuesta a la calidad de nuestro mundo interior.

La felicidad que buscamos no vendrá porque recompongamos el mundo que nos rodea, sino de la reforma que hagamos dentro de nosotros mismos. El sufrimiento que no deseamos no desaparecerá hasta que no eliminemos de nuestra mente toda clase de negatividades. Hasta que no reconozcamos que la felicidad y el sufrimiento tienen su origen en nuestra propia mente, mientras que no sepamos distinguir lo que es beneficioso o lo que es negativo para nuestra mente, seguiremos sin ser capaces de obtener un estado de auténtica felicidad y seguiremos siendo impotentes para evitar que el sufrimiento vuelva a aparecer. Sean cuales sean nuestras esperanzas, siempre se verán decepcionadas.

Si, al descubrir en el espejo la suciedad de nuestra cara, nos ponemos a lavar el espejo, por mucho que frotemos con fuerza, jabón y abundante agua, no conseguiremos nada. Ni la menor suciedad, ni la menor mancha, podrán desaparecer del reflejo. Si no orientamos nuestros esfuerzos hacia el objeto correcto, resultarán completamente vanos. Es por esto por lo que el Buddhismo y la meditación consideran primordial comprender que la felicidad y el sufrimiento no dependen en el fondo del mundo exterior, sino de nuestra propia mente. Si no comprendemos esto, nunca nos volveremos hacia nuestro interior y seguiremos gastando nuestra energía y nuestras esperanzas en una inútil persecución externa. Pero cuando tengamos esta comprensión, podremos lavar nuestra cara: el reflejo aparecerá, por sí mismo, limpio en el espejo.


Bokar Rimpoché, «La meditación. Consejos a los principiantes», Dharma, Alicante, 1990

Fuente : http://appamadanet.webs.com




Artículo anteriorCentro de Meditación Budista Drikung Kagyu de Chile
Artículo siguienteAño Nuevo Chino 2014: año del caballo