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La espiritualidad y cómo practicarla – Enseñanza de Ákong Rinpoché

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AkR10_200_200_x_160_.gifTodos buscamos algo y no sabemos realmente qué es. Todos queremos encontrar alguna cosa, aunque no sabemos muy bien qué, y como todos buscamos, vamos a distintos centros y buscamos distintas personas y distintas terapias y sentimos que necesitamos encontrar algo que no tenemos. Y a pesar de estar constantemente buscando, a veces parece que lo hemos encontrado, pero dura poco.

Al cabo de un cierto tiempo de tener esa sensación temporal de satisfacción, como no dura, de nuevo buscamos otra cosa. Es como si tuviéramos que reafirmarnos con cierta regularidad.

Se ha investigado no hace mucho tiempo -y me resulta muy interesante ese estudio porque tiene que ver con la identidad personal de uno mismo- cómo te ves cuando te reconoces a ti mismo. Se ha realizado el estudio en dos grupos, hombres y mujeres, y preguntaban a las mujeres cuántas veces al día tenían que mirarse al espejo para contentarse con su imagen: de 50 a 60 veces al día para asegurarse de que su imagen seguía bien. Aunque pocos hombres se miraban al espejo de 50 a 60 veces al día, se descubrió que la mayoría usaban el espejo unas 30 veces al día. Es constante el tener que levantarse y sentarse o moverse; cada vez que te cambias te reafirma ver que sigues igual que cuando te arreglaste. No es bastante maquillarse una vez al día o peinarse sólo por la mañana. La imagen que quieres dar constituye una parte muy importante.

A la gente le resulta difícil comprender qué es espiritual y qué no lo es. Creo que lo espiritual es la verdad, la realidad de la verdad y cómo encontrarla en ti mismo. Sin embargo, no nos interesa demasiado esa realidad: buscar en nuestro interior. Y en cuanto a la auténtica verdad, tampoco parece muy fácil afrontar la verdadera realidad. Creo que nos gusta más mantener nuestro ego; la realidad no nos es muy útil. Por supuesto que si hablamos de la verdad relativa y la verdad absoluta, lo que pensamos que es verdad, la experiencia, no lo es y lo que parece falso no es tan diferente.

No obstante, desde un plano más cotidiano podemos decir fácilmente qué es verdadero y qué es falso según lo que creemos a nivel espiritual acerca de lo bueno y lo malo. En general lo falso, quizá no siempre pero la mayoría de las veces, es aquello que está basado y relacionado con el propio ego. Éste a veces es útil, pero en la mayoría de ocasiones no es verdadero ni provechoso, no es realmente útil. Podemos llamar verdad o verdadero a lo que es útil y se basa menos en el ego, y está menos condicionado por una noción rígida de nuestro ego. Así pues, tener menos ego es más útil y poseer más ego da más rigidez y tiene menos utilidad.

Aunque tengas ego, úsalo correctamente el camino o la práctica espiritual tiene que ver con la comprensión, con adquirir comprensión; no con incrementar nuestro ego. No quiero decir que tengamos que erradicar completamente nuestro ego, sino más bien procurar o conseguir que no interfiera en la vida de los demás ni tampoco en la nuestra. No se trata de deshacernos del ego, sino de ser más considerado. Aunque tengas ego, úsalo correctamente.

A menudo oímos decir a las personas: «Yo no puedo ser espiritual porque soy muy mala persona» o bien: «no puedo ser un practicante porque no tengo tiempo». De manera que marcamos una división muy tajante, muy rígida entre nosotros y nuestras acciones y por eso pensamos que somos malas personas y no podemos ser espirituales. La espiritualidad no significa que tengamos que ser personas completamente puras.

Aunque alguien sea malo, hay una parte de bondad y, por tanto, un camino a seguir porque hay una semilla de bondad. Y cuando uno dice que no tiene tiempo de practicar y por lo tanto, no puede ser un practicante, esto tampoco es así, ya que no se trata necesariamente de estar siempre sentado recitando plegarias y haciendo prácticas en algún lugar. Este tipo de actividad es una parte del camino, pero lo más importante tiene que ver con nuestra mente, con uno mismo.

Todos aquellos que tienen mente, pueden cultivar la espiritualidad. Un solo pensamiento positivo es la base para el desarrollo espiritual. A veces nos sentimos deprimidos y creemos que somos tan malos, que no hay nada bueno en nosotros y nos deprimimos aún más, pues pensamos que no practicamos nada, pero si nos analizamos minuciosamente, aunque a lo largo del día tengamos muchos pensamientos negativos hacia nosotros mismos y para los demás, de vez en cuando aparecen una serie de cosas buenas; por ejemplo, a lo mejor estamos muy enfadados con alguien, pero de pronto vemos a una persona cargada y pensamos en ayudarla a trajinar un peso. Quizá dura sólo unos segundos y continuemos deprimidos, pero luego pensamos en ofrecerle una taza de té. Y eso es también positivo. No hay nadie que constantemente tenga sólo pensamientos negativos.


Extracto de la Conferencia de Akong Rinpoche, Junio 2002

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