Por si los atropellos no eran suficiente amenaza para la especie, los propios encargados de la conservación del lince ibérico han estado varios años envenenando a los ejemplares sin saberlo. Los responsables del programa de cría en cautividad incluyeron en la dieta de los felinos un suplemento tóxico para la especie que ha provocado daños en muchos casos irreversibles en los riñones de los animales.
La negligencia ha matado a tres en los últimos meses y ha dejado tocados a otros 22 de los 78 ejemplares del programa de cría, sobre todo en el centro de El Acebuche, en el Parque Nacional de Doñana, pero también en el parque natural de Despeñaperros (Jaén). El error, desvelado el domingo por la agencia Efe, ha afectado a casi un tercio del grupo, creado como fábrica de animales para exportar individuos a las amenazadas poblaciones en libertad. Apenas 220 linces sobreviven en Doñana y Sierra Morena. El proyecto para la conservación y reintroducción de la especie, paralelo al de cría, cuenta con un presupuesto de 26 millones de euros hasta 2011.
Además de las muertes, la inapetencia provocada por el tóxico ha hecho fracasar la temporada reproductora en las guarderías del lince, también perjudicada por las inusuales lluvias en la zona. En 2010, sólo sobrevivió una decena de cachorros, la cifra más baja desde que en 2005 comenzó la reproducción en cautividad.
Fuentes de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía explicaron ayer a Público que la eliminación del suplemento ha supuesto una inmediata mejoría de los linces afectados por la llamada enfermedad renal crónica, excepto una decena de ejemplares con un grave deterioro. Según las mismas fuentes, la Junta «ha abierto una investigación que sigue en marcha para apuntar a posibles responsabilidades».
Pese a la negligencia conocida ahora, el programa de cría en cautividad, coordinado por el Ministerio de Medio Ambiente y la Junta de Andalucía, ha sido un éxito, al alcanzar 78 ejemplares, muy por encima de los 56 necesarios para comenzar la reintroducción según los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. En principio, el deterioro renal irreversible de la decena de linces no impedirá comenzar a liberar ejemplares este año, como estaba previsto.
Los agentes del plan de cría optaron ayer por el silencio. La Junta ordenó no hacer declaraciones. El ministerio, por su parte, tampoco quiso responder a las preguntas de este periódico, alegando la «complejidad» del tema y que «la investigación continúa en marcha». Conzoolting, la consultora que asesora al proyecto de cría sobre la nutrición de los linces, también esquivó las preguntas de este diario.
En un informe elaborado en 2005, cuando ya se había observado la enfermedad renal crónica en los ejemplares en cautividad, Conzoolting constataba la dificultad de lidiar con una especie con la que nunca se había trabajado. «Aunque no existen referencias bibliográficas que describan la incidencia elevada de enfermedades nutricionales específicas para lince ibérico, sí que existen algunas publicaciones que describen patologías asociadas a la alimentación y nutrición en lince ibérico y otros felinos salvajes, y que deben tenerse en cuenta a la hora de diseñar una dieta, ya que pueden tener efectos letales o ser irreversibles», alertaba la consultora.
Conejo y vitaminas
Entonces, el menú exclusivo de los linces eran conejos. Además, los ejemplares recibían un complemento vitamínico-mineral tres días a la semana, introducido en el conejo muerto en forma de pasta. Este suplemento, Vetamin, de la multinacional estadounidense Henry Schein, era necesario porque los conejos se servían sin algunas vísceras y descongelados, por lo que perdían algunas vitaminas. En 2005, Conzoolting halló que, pese al suplemento, la dieta de los felinos era deficiente en vitaminas, por lo que recomendó otro complemento para carnívoros, Nutrazu, fabricado por la también estadounidense PMI International LLC. Las autoridades implicadas no han querido aclarar si estos complementos están detrás de la enfermedad renal crónica.
El coordinador en Doñana de la ONG ecologista WWF, Juanjo Carmona, lamentó ayer el error, pero pidió «comprensión», al tratarse de un proyecto pionero en el que «se puede entender que haya errores». Las ONG siempre han alabado el trabajo del programa de cría.
Supervivencia entre la libertad y el cautiverio
La Península Ibérica alberga cuatro centros de cría para la reproducción del lince .
El de El Acebuche (Huelva), dentro del Parque Nacional de Doñana, fue el primer lugar donde el felino logró reproducirse en cautividad, gracias a un programa elogiado dentro y fuera de nuestras fronteras.
El segundo es el centro de La Olivilla (Jaén) y, por último, están el de Silves (Portugal) y el Zoobotánico de Jerez (Cádiz).
Estos cuatro centros acogen a 78 linces, de los cuales 54 son adultos (26 machos y 28 hembras), 16 son juveniles nacidos en 2009 y 8 son cachorros nacidos este año.
223ejemplares en libertad
Los linces ibéricos que gozan de libertad se reparten principalmente en dos núcleos de la comunidad andaluza. El Parque Nacional de Doñana tiene una población total de 63 ejemplares, mientras que Sierra Morena cuenta con 160 animales.
Fuente: www.publico.es