El monasterio de Yongtai, que forma parte del patrimonio cultural de China, lo fundaron tres princesas de diferentes dinastías. Su denominación proviene del nombre de la de la princesa Yongtai, la hija del emperador Xuanwu. Dicha saga real aprendió a practicar el budismo zen y las artes marciales de manos de los monjes de Shaolin.
El templo de Yongtai ha padecido daños e incendios en sus 1.500 años de historia. Hoy en día está reconstruido y constituye un icono en el país del Sol Naciente tanto de la liberación femenina como del budismo zen.
Las mujeres demuestran que pueden completar la maestría en Kung Fu, que no radica únicamente en un ejercicio físico, sino que también consiste en una filosofía y actitud de vida.
