Inicio Directorio Centros El Zen y los Grandes Maestros – Parte 4 – Nan-chuan

El Zen y los Grandes Maestros – Parte 4 – Nan-chuan

69
1

bodhidharma-3.gif La dinastia T’ang de China (618-906) fue el marco histórico en el que floreció la escuela budista que hoy conocemos como Zen. La tradición remonta el origen del Budismo Ch’an (su nombre original en chino) a la llegada desde la India a China del legendario monje Bodhidharma en el año 520. Sin embargo, el Zen tal y como propiamente se distingue no daría comienzo hasta un siglo y medio después, con el episodio que culminó con el nombramiento de Hui-neng (638-713) como Sexto (y último) Patriarca en sucesión directa desde Bodhidharma. Es a partir de entonces cuando da comienzo la doctrina de la Iluminación Abrupta (o Súbita) y el Budismo Ch’an adquiere su formulación y sabor tipicamente chinos (con clara influencia del taoismo filosófico), asumiendo el estilo característico con el que hoy se le identifica. Este periodo se ha dado en llamar como «periodo-de-alta-actividad» o Edad de Oro del Zen; he aquí algunos de sus principales protagonistas.

4. Nan-chuan ( [Nansen]; 748-835)

Este maestro estudió durante años en distintas escuelas budistas chinas como la Hua-yen [Kegon] y otras; posteriormente, alcanzó la Iluminación con Ma-tsu y se retiró a una choza que se construyó él mismo en el monte, donde permaneció durante 30 años. Nan-chuan sólo se decidió a enseñar debido a la insistencia de varios monjes que se lo rogaron repetidamente. Se dice que entonces bajó del monte, se instaló en un monasterio y tuvo como discípulos a varios cientos.

En el monasterio en el que Nan-chuan vivía, los monjes observaban los preceptos, estudiaban los sutras [escrituras] y, aplicándose al estudio del Dharma, se enfrascaban en discusiones sobre esto y lo otro. Un día en que surgió una de estas polémicas, Nan-chuan apareció en la sala acariciando a un gato, lo puso sobre el púlpito y dijo:

«A no ser que alguno de vosotros diga ‘algo-bueno-de-verdad’, ahora mismo parto a este gato por la mitad», y dicho esto saco a relucir un cuchillo y se dispuso a cumplir con su amenaza.

Los monjes, mirándose unos a otros, no supieron que hacer y, ante su silencio, Nan-chuan partió de un tajo en dos al gato.

Por la tarde, el monje Chao-chou regresó de su paseo por el bosque y el maestro Nan-chuan le relató el incidente. Al punto, Chao-chou se puso las sandalias sobre la cabeza y salió sin más por la puerta, ante lo cual Nan-chuan exclamó: «¡Mira, si tú hubieras estado aquí, el gato se habría salvado!»

Este es un mondo impactante, pero sin duda, Nan-chuan es y será siempre uno de los maestros más mencionados de todo el Zen en función del clásico diálogo que mantuvo con su discipulo Chao-chou:

El monje Chao-chou preguntó a su maestro:

«¿Qué es el Tao?»

«Tu mente de todos-los-dias [ordinaria, cotidiana, habitual] es el Tao»

«¿Y como puede uno volver a sintonizarse con ella?»

«Al tratar de sintonizarte es precisamente cuando te desvías», replicó Nan-chuan.

Esta frase es tan venerada que se ha convertido en sí misma en un aforismo Zen, usándose para describir la esencia misma de éste: ‘el Camino de la Mente (o conciencia) Cotidiana [heijo-shin kore do]’.

Nan-chuan finalizó diciendo:

«El Camino no es cuestión de saber o no saber; ‘saber’ es falso entendimiento, y ‘no saber’ es ignorancia ciega. El verdadero Camino está más allá de toda duda, es vasto e ilimitado como el cielo vacío; ¿Cómo podría haber ahí lugar para correcto o incorrecto?»

A raíz de este diálogo, Chao-chou obtuvo su satori.


Fuente: www.oshogulaab.com

Artículo anteriorCentro Thubten Dhargye Ling de Madrid
Artículo siguienteParaguay – La comunidad china y budista celebra el Vesak

Los comentarios están cerrados.