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Los Cinco Impedimentos – Por Bhikkhu Thitapuñño (1/5)

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LOS CINCO IMPEDIMENTOS

– Por Bhikkhu Thitapuñño –

©Picture by QT Luong
©Picture by QT Luong
Introducción
Discernimiento y Honestidad
Conducta de acuerdo con la Moral
Atención Plena
Facultades Espirituales
Símiles
Segunda Serie de Símiles
Génesis Causal de los Impedimentos
El Cese de los Impedimentos en el Contexto de la Liberación

INTRODUCCIÓN

En el Buddhismo Theravada una de las categorías de la enseñanza (Dhamma) que a su
vez forma parte del esquema de los requisitos fundamentales para el logro de la
iluminación es conocida como: Los Cuatro Fundamentos de la Atención. Dentro de este
esquema, como constituyente del cuarto fundamento (la Atención a las Categorías del
Dhamma) se encuentra la categoría denominada: Los Cinco Impedimentos
(pañcanivarana).

Los cinco impedimentos mentales o cinco obstáculos para lograr la pureza mental
pueden considerarse como los principales enemigos del meditador. La presencia de
estos cinco impedimentos obstruye la claridad mental necesaria para desarrollar las
facultades de la concentración y sabiduría. Comúnmente se nombran en el siguiente
orden: deseo (de satisfacción) sensorial, aversión, letargo-torpeza (mental), agitaciónpreocupación,
y duda. En general la persona que no ha practicado meditación
difícilmente es capaz de distinguir estos estados en su propia continuidad mental, y
mucho menos de poder discernir las causas y las condiciones que producen el
surgimiento y cese de estos estados mentales malsanos. Parte de esta incapacidad radica
en el hecho de que estos impedimentos son la base que afirma erróneamente nuestra
noción del propio “ser.” Por otra parte, se encuentran a menudo presentes en la mente
en toda una gama de intensidades, lo que a menudo los hace prácticamente
imperceptibles. Por ejemplo, si bien es cierto que la ira desenfrenada es una
manifestación evidente de la aversión, otras manifestaciones de la aversión toman un
carácter sutil que inclusive pareciesen estar desconectados de esta particular raíz de lo
inhábil; tal es el caso de la persona que esta apegada a nulificar toda experiencia
desagradable mediante el recurso de dormir habitualmente en exceso.

La persona que
tiene aversión a su propia existencia (porque la siente insatisfactoria), puede no mostrar
las manifestaciones comunes de la aversión (enojo, ira, etc.); no obstante este
impedimento se manifiesta por otros cauces como la drogadicción, alcoholismo,
actividad física peligrosa, o depresión, por citar algunos ejemplos.

DISCERNIMIENTO Y HONESTIDAD

Uno de los prerrequisitos que el meditador principiante debe llenar es el de desarrollar
la habilidad para poder identificar al impedimento correspondiente cuando éste se
manifieste en la propia mente. Por esta razón el Buddha establece propiamente el marco
de referencia para la practica meditativa llamado “los cinco impedimentos” De manera
que una vez que se nombran y se clasifican teóricamente, el meditador debe proceder
inicialmente a identificar claramente en sí mismo(a) estas modalidades en las que se
manifiesta “el enemigo.” Si uno ha de vencer dicho enemigo, es requisito indispensable
poder reconocerlo. El problema práctico radica en que la mente, debido a la ignorancia
(avijja), utiliza los subterfugios mas sofisticados para ocultar la naturaleza y
manifestación de los impedimentos. Por esta razón la labor del meditador principiante
es la más difícil, ya que tiene que empezar a enfrentarse a un enemigo muy superior en
cuanto a ardides, recursos y fuerza. El inicio de la batalla presupone la inalienable
necesidad de sacar a luz una honestidad a toda prueba, así como la determinación de
poner fin a la negligencia -que solapa la carencia de firmeza-, para iniciar el
enfrentamiento cara a cara con los impedimentos. Si una persona no es honesta consigo
misma, no hay esperanza de victoria. El proceso meditativo requiere ante todo una
disposición de absoluta sinceridad y claridad en cuanto a la intención de poner fin a las
impurezas y corrupciones mentales propias. El hecho de que estos impedimentos han
sido derrotados en la guerra total (y en un sinnúmero de batallas) por millares de
individuos a lo largo de la historia de la humanidad, es razón suficientemente elocuente
para emprender los primeros pasos en esta ardua marcha espiritual. Si uno entiende esto
con una actitud realista y equilibrada, es decir, con una actitud sabia, entonces uno
habrá establecido las bases necesarias, la asociación correcta, y la reflexión o
consideración sabia (yoniso manasikara), para erradicar estas calamidades con el
mínimo esfuerzo necesario.

CONDUCTA EN ACUERDO CON LA MORAL

La incapacidad para identificar la presencia de los impedimentos está directamente
relacionada a las transgresiones de la moral. En ausencia de discernimiento, la mente no
encuentra el soporte necesario para restringir sus actividades inhábiles; esto se traduce
entonces en pensamiento, lenguaje y acción inhábiles, malsanos, los cuales dan como
resultado dolor e insatisfacción. Esta falta de restricción de la conducta resulta del uso
irrestricto de los sentidos, los cuales buscan siempre satisfacción inmediata; esta
necesidad puede tornarse tan intensa, que a la larga da lugar a toda clase de
compulsiones y adicciones. El Buddha establece que la única forma de tomar las seis
riendas de estos indómitos corceles (los sentidos de la vista, oído, olfato, gusto, tacto, y
mente) es la de ejercer continuamente sati-sampajañña, es decir, atención plena con
comprensión clara. La comprensión clara, en breve, se refiere a la plena comprensión en
cuanto al objetivo, adecuación, esfera de acción, y ausencia de ofuscación, en cuanto a
nuestras actividades mentales, verbales y físicas. Es decir, la claridad mental que indica
lo que debe hacerse y cómo se habrá de proceder en la forma más hábil. Por lo que
respecta a la facultad necesaria para iniciar la labor de atenta identificación, ésta es lo
que se conoce como sati, este vocablo puede traducirse aproximadamente como
“atención plena” o “atención propia.” Esta facultad es algo que debe cultivarse, ya que
de ordinario es asequible sólo en una forma muy débil, tan débil que no es capaz de
iniciar a ejercer su función cuando se le trata de dirigir hacia los impedimentos.

ATENCION PLENA

Con el objeto de entender los factores mentales en el Buddhismo Theravada, a veces se
recurre al método de establecer cuatro formas particulares de definir cada factor; éstas
son: su característica, función, manifestación y causa próxima. Por lo que respecta a la
atención plena, lo que es de uso inmediatamente práctico para esclarecer el término, es
el entendimiento de su función. A menudo la persona de carácter práctico no está
interesada en definiciones y descripciones sofisticadas; lo que requiere de inmediato es
saber “que es lo que hace” o “que es lo que puede hacer”, tal o cual cosa, es decir, su
función. Este conocimiento le permitirá entonces ejercer la aplicación práctica a lo que
sea pertinente. La atención plena tiene dos funciones complementarias: La primera es la
de informarnos ‘que es lo que está sucediendo en el campo perceptual’; nos informa
acerca de lo que está presente en nuestra mente (en el momento presente); la segunda
función es la de informarnos ‘qué es lo que debe estar presente en la mente de acuerdo
al contexto de la situación presente.’ La atención plena tiene, pues, nexos muy cercanos
con la memoria y factores mentales como la percepción, la atención, la concentración, y
el discernimiento. Cuando uno trata, por ejemplo, de concentrarse en la sensación de
contacto del aire inhalado y exhalado durante la observación de la respiración
(meditación en la respiración), a menudo el meditador se encontrará perdido en alguna
fantasía o distracción; en el momento en que se “da cuenta” de que está distraído, en ese
momento la atención plena entra en operación con respecto a su primera función.

Inmediatamente después, el meditador se hace conciente de que la actividad que debe
estar realizando no es la de percibir fantasías o distracciones, sino de enfocar su
atención en el proceso de la respiración descrito; en este momento sati ejerce su segunda
función, la de “recordar” al meditador “que es lo que se supone debe estar haciendo.” El
desarrollo de la atención plena no es más que el desarrollo de la capacidad de “darse
cuenta” de las cosas en el momento en que están sucediendo. De manera que si
aplicamos esto a los cinco impedimentos, entonces estaremos desarrollando la
capacidad de darnos cuenta de la presencia (o ausencia) de los mismos en un momento
dado.

La pregunta surge, ¿Cómo incrementar la atención plena? Los factores que incrementan
la atención plena podrían dividirse en dos tipos: factores pasivos y factores activos. El
factor pasivo tiene origen externo, no involucra una iniciativa interna. Los factores
pasivos pueden ser usados ya sea en detrimento o en provecho para el incremento de la
atención plena. La cualidad distintiva del factor pasivo, es que la percepción sucede en
forma intensa debido al efecto de un objeto sensorial prominente. Mal usado este factor
conduce a debilitar la atención plena; tal es el caso de un individuo adicto a
estimulación sensorial intensa, por ejemplo, el ver la televisión — con su creciente
contenido de información inútil o nociva. La persona puede estar absorta durante horas
en lo que aparenta ser un estado concentrado, pero más bien esto es un estado semihipnótico
pasivo que atrofia las facultades espirituales (convicción, energía, atención
plena, concentración correcta, y sabiduría o discernimiento). Bien usado, el factor de
atención plena se desarrolla con rapidez conduciendo así al incremento del mismo. Este
es el caso del uso de una de las técnicas de meditación vipassana, en la que se percibe,
libre de juicio, el objeto más prominente que se presente ante cualquiera de las puertas
sensoriales, se observa ininterrumpidamente el surgimiento y el cese de los diversos
objetos, manteniendo la presencia mental siempre “anclada” en el presente.

Esta
modalidad de observación propia de la atención plena, aplicada al objeto más
prominente en el campo perceptual, es el factor que conduce a la misma atención plena.
Otro ejemplo en la práctica de la meditación, en particular el desarrollo de samatha o
serenidad, consiste en el regresar una y otra vez al objeto de meditación, cada vez que se
pierde contacto con el mismo, es decir, la repetición de esta actividad mental específica.
En este caso, el efecto de repetición es el que conduce al incremento de la atención
plena. La otra causa próxima de la atención plena, se define también como los cuatro
fundamentos de la atención. Los cuatro grupos fundamentales se refieren a los objetos
idóneos para dirigir la atención aplicando discernimiento. Los cuatro grupos son el
cuerpo, las sensaciones, la mente y las categorías del Dhamma u objetos mentales. El
último grupo constituye la serie de categorías o marcos de referencia mental
conducentes a la liberación.

Source : sambodhi.iespana.es

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