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Comprendiendo el Vinaya (1/2) – Por Ven. Ajahn Chah

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Esta práctica nuestra no es fácil. Tal vez sepamos algunas cosas pero todavía hay mucho que no sabemos. Por ejemplo, cuando oímos enseñanzas tales como “conoce el cuerpo, después conoce la mente que hay dentro del cuerpo”; o “conoce la mente, después conoce la mente que hay dentro de la mente”. Si todavía no hemos practicado estas cosas, entonces cuando las oímos podemos sentirnos desconcertados. El Vinaya [1] es así. En el pasado yo era un maestro, [2] pero era sólo un “maestro pequeño”, no era uno grande. ¿Por qué digo un “maestro pequeño?” Porque no practicaba. Enseñaba el Vinaya pero no lo practicaba. A esto le llamo un maestro pequeño, un maestro inferior. Digo un “maestro inferior” porque cuando se trataba de la práctica yo era deficiente. La mayor parte de mi práctica estaba muy lejos de la teoría, como si yo no me hubiese aprendido el Vinaya en absoluto.

Sin embargo, me gustaría decir que en términos prácticos es imposible conocer el Vinaya completamente, porque algunas cosas, las sepamos o no, todavía son faltas. Esto es complicado. E incluso se hace hincapié en que si todavía no comprendemos alguna regla o enseñanza particular de la formación, debemos estudiar esa regla con entusiasmo y respeto. Si no sabemos, entonces debemos hacer un esfuerzo por aprender. Si no hacemos un esfuerzo, eso es en sí mismo una falta.

Por ejemplo, si dudas… suponte que hay una mujer y, sin saber si es una mujer o un hombre, la acariciases. [3] No estás seguro, pero aún así continúas acariciándola… eso sigue siendo incorrecto. Yo me solía preguntar por qué estaría mal eso, pero cuando tuve en cuenta la práctica, comprendí que un meditador debe tener sati, debe ser prudente. Ya sea hablando, tocando o sujetando cosas, debe antes de nada pensar meticulosamente. El error es en este caso que no hay sati, o no hay suficiente sati, o hay falta de inquietud en ese momento.

Toma otro ejemplo: sólo son las once de la mañana pero en ese momento el cielo está nublado, no podemos ver el sol, y no tenemos reloj. Ahora suponte que calculamos que es probablemente por la tarde… realmente sentimos que es por la tarde… y sin embargo procedemos a comer algo. Empezamos a comer y entonces las nubes desaparecen y vemos por la posición del sol que sólo son las once pasadas. Esto también es una falta. [4] Yo me solía preguntar, “¿Eh? Todavía no es mediodía, ¿por qué es esto una falta?”

Aquí se comete una falta a causa de la negligencia, de la falta de cuidado, no pensamos meticulosamente. Hay falta de compostura. Si hay dudas y actuamos sobre la duda, hay falta dukkata [5] sólo por actuar ante la duda. Pensamos que es por la tarde cuando de hecho no lo es. El hecho de comer no es incorrecto en sí mismo, pero aquí hay una falta porque somos descuidados y negligentes. Si realmente es por la tarde pero pensamos que no lo es, entonces es pacittiya una falta más grave. Si actuamos con duda, ya sea la acción equivocada o no, aún así cometemos una falta. Si la acción no es incorrecta en si misma es una falta menor; si es incorrecta entonces se ha cometido una falta más grave. Por lo tanto el Vinaya puede volverse bastante desconcertante.

Una vez fui a ver al Venerable Ajahn Mun. [6] En esa época yo acababa de empezar a practicar. Me había leído el Pubbasikkha [7] y lo entendía bastante bien. Así que continué leyendo el Visuddhimagga, donde el autor escribe del Silanidesa (Libro de los Preceptos), del Samadhinidesa (Libro de Formación de la Mente) y del Pannanidesa (Libro de la Comprensión)… ¡Sentía que mi cabeza iba a estallar! Después de leer eso, sentí que el practicar estaba más allá de la capacidad de un ser humano. Pero luego me di cuenta de que el Buda no enseñaría algo que es imposible de practicar. No lo enseñaría y no lo afirmaría, porque esas cosas no serían útiles ni para él ni para los demás. El Silanidesa es extremadamente meticuloso, el Samadhinidesa más aún, y el Pannanidesa ¡incluso más todavía! Me senté y pensé, “Bueno, no puedo ir más lejos. No hay camino más adelante.” Era como si hubiese alcanzado un callejón sin salida.

En este punto yo estaba luchando con mi práctica… Estaba atascado. Sucedió que tuve la oportunidad de ir a ver al Venerable Ajahn Mun, así que le pregunté: “Venerable Ajahn, ¿qué debo hacer? Acabo de empezar a practicar pero todavía no conozco el camino correcto. Tengo tantas dudas que no puedo encontrar ningún fundamento en absoluto en la práctica.”

Él preguntó, “¿Cuál es el problema?”

“En el curso de mi práctica cogí el Visuddhimagga y lo leí, pero parece imposible de poner en práctica. Los contenidos del Silanidesa, del Samadhinidesa y del Pannanidesa parecen ser completamente impracticables. No creo que haya nadie en el mundo que pudiera hacerlo, es tan detallado y meticuloso. Memorizar todas y cada una de las reglas sería imposible, está más allá de mi alcance.”

Me dijo: “Venerable… hay mucho, es cierto, pero realmente es sólo un poco. Si tuviésemos que tener en cuenta cada una de las reglas de formación del Silanidesa eso sería difícil… cierto… Pero en realidad, lo que llamamos Silanidesa se ha desarrollado de la mente humana. Si instruimos esta mente para que tenga sentido de la vergüenza y miedo a equivocarse, entonces seremos comedidos, seremos cautelosos… .

“Esto nos condicionará a estar complacidos con poco, con pocos deseos, porque no podemos ocuparnos de mucho. Cuando esto sucede nuestro sati se hace más fuerte. Podremos mantener el sati en todo momento. Dondequiera que estemos haremos el esfuerzo de mantener el sati a fondo. La cautela se desarrollará. De lo que sea que dudes no lo digas, no actúes sobre ello. Si hay algo que no comprendes, pregunta al maestro. El intentar practicar todas y cada una de las reglas de la formación sería verdaderamente pesado, pero deberíamos examinar si estamos preparados para admitir nuestros fallos o no. ¿Los aceptamos?”

Esta enseñanza es muy importante. No es tanto que tengamos que conocer cada una de las reglas de la formación, si sabemos cómo entrenar nuestra propia mente.

“Todas esas cosas que has estado leyendo surgen de la mente. Si todavía no has entrenado a la mente a tener sensibilidad y claridad estarás dudando todo el tiempo. Deberías intentar implantar las enseñanzas del Buda en tu mente. Sé sereno de mente. Todo lo que surja que dudes, abandónalo. Si realmente no lo sabes con certeza entonces no lo digas o no lo hagas. Por ejemplo, si te preguntas, “¿Esto es incorrecto o no?” –eso es que no estás realmente seguro – entonces no lo digas, no actúes en ello, no descartes tu compostura.”

Mientras me senté y escuché, consideré que esta enseñanza cumplía con los ocho caminos para medir la verdadera enseñanza del Buda: Cualquier enseñanza que hable de la reducción de las corrupciones; que te saque del sufrimiento; que hable de la renuncia (a los placeres sensuales); de la satisfacción con poco; de la humildad y el desinterés en el rango y el estatus; del aislamiento y la reclusión; del esfuerzo concienzudo; de ser fácil de mantener… estas ocho cualidades son características del verdadero Dhamma-vinaya, la enseñanza del Buda. Cualquier cosa en contradicción a esto no lo es.

“Si somos auténticamente sinceros tendremos sentido de la vergüenza y miedo de la maleficencia. Sabremos que si hay duda en nuestra mente no actuaremos en ella ni hablaremos en ella. El Silanidesa es sólo palabras. Por ejemplo, el hiri-ottappa [8] de los libros es una cosa, pero en nuestra mente es otra.”

Estudiando el Vinaya con el Venerable Ajahn Mun aprendí muchas cosas. Cuando me senté y escuché, el entendimiento surgió.

Así que, cuando se trata del Vinaya yo he estudiado considerablemente. Algunos días durante el Retiro de las Lluvias yo estudiaba desde las seis de la tarde hasta el amanecer. Lo comprendo bastante bien. Todos los factores del apatti [9] que abarca el Pubbasikkha los anoté en un cuaderno y lo llevaba en mi bolsa. Realmente puse esfuerzo en ello, pero en épocas posteriores gradualmente lo abandoné. Era demasiado. No sabía cuál era la esencia y cual era la paja, yo lo había tomado todo. Cuando comprendí del todo lo dejé porque era demasiado pesado. Simplemente puse mi atención en mi propia mente y poco a poco suprimí los textos.

No obstante, cuando enseño a los monjes aquí todavía tomo el Pubbasikkha como mi modelo. Durante muchos años aquí en Wat Ba Pong era yo mismo el que se lo leía a la asamblea. En aquellos días me subía al asiento Dhamma y continuaba hasta lo menos las once o doce de la noche, algunos días incluso hasta la una o dos de la madrugada. Estábamos interesados. Y nos formábamos. Tras escuchar las lecturas del Vinaya reflexionábamos sobre lo que habíamos oído. No se puede entender realmente el Vinaya sólo escuchándolo. Después de haberlo escuchado debes examinarlo y ahondar en él aún más.

Aunque yo estudié estas cosas durante muchos años mi conocimiento todavía no era completo, porque había muchas ambigüedades en los textos. Ahora que ha pasado tanto tiempo desde que miraba los libros, mi recuerdo de las diversas normas de formación se ha desvanecido un poco, pero en mi mente no hay deficiencia. Hay un modelo ahí. No hay duda, hay entendimiento. Guardé los libros y me concentré en desarrollar mi propia mente. No tengo dudas de ninguna de las reglas de formación. La mente tiene aprecio a la virtud, no osará hacer nada incorrecto, ya sea en público o en privado. Yo no mato animales, ni siquiera pequeños. Si alguien me pidiese que matara intencionadamente una hormiga o una termita, que aplastase una con la mano, por ejemplo, no podría hacerlo, ni siquiera si me ofreciesen miles de baht (moneda tailandesa) por hacerlo. ¡Ni siquiera una hormiga o una termita! La vida de la hormiga tendría más valor para mí.

Sin embargo, puede ser que yo le cause la muerte a algo, así como cuando algo trepa por mi pierna y lo sacudo. Tal vez muera, pero cuando miro en mi mente no hay sentimiento de culpabilidad. No hay vacilación ni duda. ¿Por qué? Porque no había intención. Silam vadami bhikkhave cetanaham: “La intención es la esencia del entrenamiento moral.” Mirándolo de esta forma veo que no había matanza intencional. A veces mientras ando puedo pisar un insecto y matarlo. En el pasado, antes de comprender realmente, sufría verdaderamente por cosas así. Pensaba que había cometido una falta.

“¿Saben qué? No había intención.” No había intención, pero ¡no estaba teniendo suficiente cuidado!” Continuaba así, angustiándome y preocupándome.

De modo que este Vinaya es algo que puede perturbar a los practicantes del Dhamma, pero también tiene su valor, al ajustarse a lo que los maestros dicen – “Cualquier regla de la formación que todavía no sepas debes aprenderla. Si no sabes deberías preguntar a aquellos que sí saben.” Realmente ponen énfasis en esto.

Ahora si no conocemos las reglas de la formación, no seremos conscientes de nuestras transgresiones contra ellas. Toma, por ejemplo, un Venerable Thera del pasado, el Ajahn Pow de Wat Kow Wong Got en la provincia de Lopburi. Un día un cierto Maha, [10] un discípulo suyo, estaba sentado con él, cuando llegaron algunas mujeres y preguntaron,

“¡Luang Por! Queremos invitarle a hacer con nosotras una excursión, ¿vendrá?”

Luang Por Pow no respondió. El Maha sentado cerca de él pensó que el Venerable Ajahn Pow no lo había oído, así que dijo, “¡Luang Por, Luang Por! ¿Ha oído? Estas mujeres le han invitado a ir de viaje.”

Él dijo, “Lo he oído.”

Las mujeres preguntaron de nuevo, “Luang Por, ¿Viene o no?”

El simplemente se sentó ahí sin contestar, así que no pasó nada con la invitación. Cuando se hubieron ido, el Maha dijo, “Luang Por, ¿por qué no contestó a aquellas mujeres?”

Él dijo, “Oh, Maha, ¿no conoce esta regla? Esas personas que estaban aquí ahora mismo eran mujeres todas. Si las mujeres le invitan a viajar con ellas no debería acceder. Si hacen planes ellas mismas está bien. Si quiero ir puedo, porque no he tomado parte en hacer los planes.”

El Maha se sentó y pensó, “Oh, realmente he hecho el ridículo.”

El Vinaya declara que el hacer un plan con mujeres y luego viajar con ellas, aunque no sea como pareja, es una falta pacittiya.

Toma otro caso. Las personas seglares trajeron dinero para ofrecer al Venerable Ajahn Pow en una bandeja. Él extendió su paño de ofrendas, [11] sujetándolo por un extremo. Pero cuando acercaron la bandeja para ponerla sobre el paño él quitó la mano del paño. Entonces simplemente dejó el dinero donde había caído. Él sabía que estaba ahí, pero no puso interés en él, sólo se levantó y se fue, porque en el Vinaya se dice que si uno no accede al dinero no es necesario prohibir a los seglares el ofrecerlo. Si él tuviese deseo de dinero, tendría que decir, “Mi señor, esto no es aceptable para un monje”. Él tendría que decírselo a ellos. Si tienes deseo de dinero, debes prohibirles ofrecer eso que es inaceptable. Sin embargo, si realmente no tienes deseo de ello, no es necesario. Sencillamente lo dejas ahí y te vas.


Notas:

[1] “Vinaya” es un nombre genérico dado al código de disciplina de la Orden Monástica Budista, las reglas monacales. “Vinaya” significa literalmente “conducir hacia fuera”, porque el mantenimiento de estas reglas “conduce hacia fuera” de las acciones desacertadas, y, por extensión, de estados mentales desacertados; además se puede decir “conducir hacia fuera” de la vida familiar, y, por extensión, del apego al mundo.

[2] Esto se refiere a los primeros años de monje religioso del Venerable Ajahn, antes de que empezase a practicar en serio.

[3]La segunda falta sanghadisesa, que trata de acariciar a una mujer con intenciones lujuriosas.

[4] Refiriéndose a la falta pacittiya Nº.36, por comer fuera del tiempo permitido –del amanecer hasta el mediodía.

[5] Dukkata –las faltas de “maleficencia”, la clase más mínima de ofensas en el Vinaya, de las cuales hay un gran número; y parajika – las faltas de la negación, de las cuales hay cuatro, y son las más graves, e implican la expulsión de los Bhikkhu de la Sangha.

[6] El Venerable Ajahn Mun Bhuridatto, probablemente el más célebre y altamente respetado Maestro de Meditación de la tradición del bosque en Tailandia. Tuvo muchos discípulos que han sido maestros en derecho propio, de los cuales el Ajahn Chah es uno. El Venerable Ajahn Mun murió en 1949.

[7] Pubbasikkha Vannana – “La Formación Elemental” – Un comentario tailandés sobre el Dhamma-Vinaya basado en los comentarios en pali; el Visuddhimagga – “El Camino a la Pureza” – El comentario exhaustivo de Acariya Buddhagosa sobre el Dhamma-Vinaya.

[8] Hiri – sentido de la vergüenza; Ottapa – miedo a la maleficencia. Hiri y Ottappa son estados mentales positivos que sientan una base para la clara consciencia y la integridad moral. Su surgimiento se basa en el respeto por uno mismo y por los demás. La restricción es natural a causa de la clara percepción de causa y efecto.

[9] Apatti: el nombre de las faltas de diversa clase para un monje budista.

[10] Maha: un título otorgado a los monjes que han estudiado pali y completado hasta el cuarto año o más.

[11] Un “paño de ofrendas” es un paño utilizado por los monjes tailandeses para recibir cosas de las mujeres, de las cuales no reciben cosas directamente. Que el Venerable Ajahn Pow quitase la mano del paño de ofrendas indicó que él en realidad no iba a recibir el dinero.

Comprendiendo el Vinaya (1/2) –

Comprendiendo el Vinaya (2/2)

Source : www.bosquetheravada.org

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