La cultura del «yatai», carritos de comida que se reparten por toda la ciudad, son un ejemplo del carácter abierto de Fukuoka, que cada día reúne a un gran número de vecinos en torno a estos restaurantes ambulantes especializados en sus propias delicias culinarias.
Fukuoka es la principal urbe de Kyushu, la más meridional de las tres grandes islas del archipiélago japonés, y una de las ciudades más modernas y desarrolladas del sur de Japón, con importantes lazos con países vecinos como Corea del Sur y China.
Esto marca su carácter abierto y tolerante, a lo que se suma que la media de edad de sus habitantes, unos 40 años, es la segunda más baja de todo el país junto con la ciudad de Kawasaki, cerca de Tokio.
Su costa frente al Estrecho de Corea y su clima templado son el escenario idóneo para un gran número de actividades culturales, deportivas y una animada vida callejera que ofrecen un fuerte contraste con el atareado estilo de vida de ciudades como Tokio.
Fukuoka conserva una gran vitalidad, algo que se puede observar en el colorido bullicio que rodea a los «yatai» que transforman las calles en un escaparate de comida y un lugar ideal para compartir una frugal comida con los amigos y saborear el «mentaiko», huevas de abadejo picantes típicas de esta zona.
El «tonkotsu ramen» de Hakata, el barrio viejo de la ciudad, ha adquirido un estilo propio gracias a su caldo de huesos de cerdo que le confieren un aspecto lechoso y ante el que hunden su mirada jóvenes y oficinistas en camisa y corbata durante la noche.
Esta tradición, que se puede observar en los barrios de Hakata, Tenjin o en la zona ribereña de Nakasu, otorga a Fukuoka un aire animado y bullicioso, mientras que los «yatai» con sus farolillos de papel y luces invitan a una celebración constante en torno a la comida y la cerveza.
Qué ver
Durante el día, independientemente de la estación del año, varias playas artificiales atraen a un gran número de jóvenes para practicar deporte, así como para realizar otro de los pasatiempos preferidos de sus habitantes: las barbacoas.
La zona del paseo marítimo es la principal muestra de la arquitectura más moderna de la ciudad y en ella destacan con sus imponentes figuras la torre de Fukuoka, de 234 metros de altura, y el «Japan Dome», una cúpula de color cobrizo que guarda bajo su aspecto futurista un estadio de béisbol.
El lado más tradicional de Fukuoka se encuentra concentrado en el barrio de Hakata, que dio nombre a la ciudad antigua hasta que ambas partes se unieron en 1889 tras un acuerdo entre varios clanes de samuráis.
El santuario de Kushida, que lleva en ese lugar más de mil años, es el corazón de la vieja Hakata y en él se conservan pruebas históricas de aquellas invasiones que venían de tierras lejanas.
Otra visita obligada es el templo de Tochoji donde se puede admirar el buda de madera de mayor tamaño de Japón, dedicado a una milenaria secta budista cuyas raíces se encuentran en la sagrada montaña de Koyasan.
En centro de la ciudad, se conservan las ruinas del castillo de Fukuoka, que data del año 1600 y descansa a la orilla de un gran estanque convertido en la actualidad en parque y en pulmón verde de esta metrópoli de más de cerca de millón y medio de personas.
Fuente: EFE